Mi música es una suerte de acto performático, espontáneo, y sincero con el presente. Yo considero que no sería nadie sin la gente que nos ve y nos escucha. Al mismo tiempo siento que el espectador es quién encontrará la forma final de la obra de arte en si misma. Y es de esta forma, y sólo de esta forma como sucede el acto. Funciona como una terapia colectiva, como un teatro abierto, como una historia pública, o como una polifonía de vivencias.
Me resulta imposible pensar en los oyentes como meros agentes pasivos, y aún más difícil me resulta tomar una postura indiferente. Es por eso que muchas veces desconecto la guitarra, abandono el micrófono y me lanzo entre la gente en búsqueda de su presencia, de un ida y vuelta entre el ser y estar, todos juntos formando parte de lo mismo.
Este mini-rodaje fue filmado por Colin Solal Cardo (http://www.colinsolalcardo.com/ y su equipo, en Belleville, París, hace tres años atrás. Gracias a Vincent Moon por escucharme.
Agradezco especialmente a Kelly Ds quién me prestó ese día la guitarra y luego a la noche me la robaron andando por las calles.
Espero que los emocione tanto como a mi.
Dedicado a los pocos que creen en lo que hago día a día, y a mi madre.
